Cuidados
Cuidémonos,
siempre ,
cuidémonos
al abrigo de los soles,
de los árboles
en otoño,
y en primavera,
cuidémonos
uno al otro
y uno a uno
siempre.
Arriba y
debajo de la olas,
en los vaivenes
del mismo día,
en la lluvia grandota,
en los paraguas minúsculos,
en la microscópica luz de la tarde
y la siesta
cuidémonos,
a la par de este par gigante
que camina solo
y como una unidad grande
y pequeña,
totalmente divisible
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martes, 2 de octubre de 2012
lunes, 24 de septiembre de 2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
No saldrán risas, ni chistes , ni colores ruidosos de mi boca,
soy un silencio largo,tendido
chato como lo es la pampa y la llanura.
Una voz cargada de milongas y estilos,
de tardes con caballos,
de noches silenciosas envueltas de viento y espesuras.
Un estar repleto de espacios
y de cielos abiertos.
Lento,
lento como el andar de los gauchos
que van en silencio y de cara al horizonte.
No saldrán risas , ni chistes,
solo un contemplar chato
largo y silencioso.
soy un silencio largo,tendido
chato como lo es la pampa y la llanura.
Una voz cargada de milongas y estilos,
de tardes con caballos,
de noches silenciosas envueltas de viento y espesuras.
Un estar repleto de espacios
y de cielos abiertos.
Lento,
lento como el andar de los gauchos
que van en silencio y de cara al horizonte.
No saldrán risas , ni chistes,
solo un contemplar chato
largo y silencioso.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Cortar los cordones umbilicales
y desterrar a las madres
de una vez y para siempre.
Cortar los cuidados
y procurarse uno mismo.
Cortar los cordones umbilicales
y crear nuestra casa,
con nuestras propias manos
con nuestro propio centro,
en el medio de nuestra soledad
y de nuestro propio silencio,
Justo en el medio de este no saber
ni para donde
ni hacia quien,
en el cuello de ese rincón de dudas,
de certezas y pesares,
ahí adentro
cortar los cordones umbilicales
y crear un paredón
un paredón que conviva
con los días ,
las personas
y las noches
y desterrar a las madres
de una vez y para siempre.
Cortar los cuidados
y procurarse uno mismo.
Cortar los cordones umbilicales
y crear nuestra casa,
con nuestras propias manos
con nuestro propio centro,
en el medio de nuestra soledad
y de nuestro propio silencio,
Justo en el medio de este no saber
ni para donde
ni hacia quien,
en el cuello de ese rincón de dudas,
de certezas y pesares,
ahí adentro
cortar los cordones umbilicales
y crear un paredón
un paredón que conviva
con los días ,
las personas
y las noches
martes, 18 de septiembre de 2012
Se apagaron las luces ,
se callo la ultima bordona
y se cerro el ultimo brillo de alguna mirada.
Solo quedamos vos y yo ,
viejo silencio conocido ,
nos sabemos,
nos queremos
y nos odiamos ,
allá lejos , o acá cerca , bien adentro ,
nos sabemos , sin ojos , ni palabras de nadie ,
vos y yo silencio ,
unos en la noche , cuando se para el día
quedamos los dos.
Huérfanos de miradas ,
solo los dos
creciendo nuestras sombras ,
nuestras espaldas,
allá lejos , o acá cerca ,
nosotros dos ,
unos en la noche.
se callo la ultima bordona
y se cerro el ultimo brillo de alguna mirada.
Solo quedamos vos y yo ,
viejo silencio conocido ,
nos sabemos,
nos queremos
y nos odiamos ,
allá lejos , o acá cerca , bien adentro ,
nos sabemos , sin ojos , ni palabras de nadie ,
vos y yo silencio ,
unos en la noche , cuando se para el día
quedamos los dos.
Huérfanos de miradas ,
solo los dos
creciendo nuestras sombras ,
nuestras espaldas,
allá lejos , o acá cerca ,
nosotros dos ,
unos en la noche.
sábado, 15 de septiembre de 2012
Una pequeña pausa a este invierno,
un breve intervalo , un ínfimo aire abierto por donde
filtrarse,
saberse,
y volver.
Un resabio de viento que nos mueve la pelada,
nos arrastra por un rato
para luego volver al frío,
a donde somos,
un frío estoico,
un frío que de a poco se resquebraja, se agrieta
por el solo recuerdo de aire y calor
que una vez azoto nuestra grande y pulida frente.
un breve intervalo , un ínfimo aire abierto por donde
filtrarse,
saberse,
y volver.
Un resabio de viento que nos mueve la pelada,
nos arrastra por un rato
para luego volver al frío,
a donde somos,
un frío estoico,
un frío que de a poco se resquebraja, se agrieta
por el solo recuerdo de aire y calor
que una vez azoto nuestra grande y pulida frente.
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